¡FELIZ NAVIDAD! ¡VENTUROSO Y PRÓSPERO AÑO NUEVO!

Al margen de lo que marca la tradición y del significado que estas fechas puedan significar para cada uno/a, solicito unos segundos de reflexión en los que pensar qué es realmente la Navidad… 

Mientras unos… se quejan del aspecto consumista de la celebración, censuran el protagonismo de los móviles en la mesa, critican la hipocresía de verse felicitados por personas que los han ignorado el resto del año o acusan la soledad y/o la añoranza por los seres queridos que marcharon… otros viven estos días con fe, ilusión y armonía. Y todos tienen “razón” porque la realidad es algo muy subjetivo y cada persona tiene la suya. 

Mi reflexión se basa en algo muy simple: si no te gusta el consumismo, no participes en la vorágine consumista de estos días. Comunica a tus familiares que no hay necesidad de seguir este tipo de tradiciones... pero no juzgues a quien lo hace, porque muchos comercios esperan estas fechas para poder sobrevivir el resto del próximo año. 

Si no te gustan las reuniones familiares, habrá que ver qué hay que solucionar por ambas partes teniendo en cuenta que de ti sólo depende cambiar tu postura. Y si no puedes solucionarlo, si tanto te angustia... haz un viaje. Rompe con la rutina... aunque lo que se queda pendiente te seguirá por donde vayas.


La Navidad a fin de cuentas es lo que cada uno decide.

Para mí el significado de la Navidad, de ese niño que, según la tradición cristiana, nació en un pesebre, nos habla de dualidad… la vida misma... de la luz y de la oscuridad. En época de frío y poco sol se nos invita a sacar la luz de nuestro interior. ¿Y qué es la luz sino solidaridad? ¿Qué es sino amor, felicidad y armonía?

El espíritu navideño va mucho más allá de una fecha religiosa o una tradición consumista. El espíritu de la Navidad nos habla de abrir la puerta de nuestro interior para dejar brillar la luz que todos llevamos dentro en los momentos de mayor oscuridad. 

Estamos a las puertas de entrar en 2020. Va siendo hora de un cambio de paradigma, una transformación individual y colectiva. Nosotros somos los creadores, a cada momento, de nuestra realidad. Nada “externo” nos puede quitar la paz. Nada ni nadie tienen la “culpa”. Al menos yo no creo en eso. Los únicos responsables de nuestra realidad somos nosotros. Y, a veces, en lo sencillo, en lo práctico, en vivir con autenticidad, está la clave.

🎄🌟¡Feliz, bendecida y luminosa Navidad para todos!🌟🎄

Rosa Sánchez

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