SÓLO SUFRES CUANDO (TE) COMPARAS


Las fiestas de fin de año... para unos son fiestas, para otros pesadillas. El ser confrontado a amigos y familia que -quizás-, realizaron sus sueños y proyectos, que lograron éxitos o tienen una familia dónde todo parece ir mejor que en la tuya.

La mayor fuente de insatisfacción o infelicidad es... compararnos.

¿No sería mejor crearnos con nuestra propia personalidad bien distinta? 
(No te pierdas el último párrafo)

Cuando nos comparamos con alguien que presume ser mejor que nosotros o cuando alguna persona nos dice: “Mira cómo lo hace tal o mira qué bien lo hace cual”, “todos lo hacen mejor que tú”, y otras opiniones parecidas, inconscientemente esas vibraciones negativas te van creando un complejo de inferioridad, a no ser que estés preparado para recibirlas y, como hoy se dice, “pases de ellas”. 

Tú eres tú. Una persona única, individual, extraordinaria. La sociedad quiere hacer de ti un robot que siga las modas (consumismo). Que sirva el padrón, pague impuestos y se conforme con las reglas y represiones. 

Es una pérdida de tiempo compararnos con otras personas o grupos. No somos “esa persona” y no tenemos que pensar, juzgar, opinar, razonar ni actuar como ella porque actúa según la educación que recibió y no según la nuestra. No sería beneficioso para nadie. Es menos aburrido cuando somos todos imprevisibles y diferentes. ¿Quién no ha soñado ser Pippi Calzaslargas?

Todos recibimos nuestra educación de gente diferente. Tenemos otros padres, otros hermanos, maestros, curas, monjas, amigos, novios, jefes, cada uno con sus errores, experiencias y opiniones. Hemos recibido una educación diferente, frecuentando otro ambiente, otras personas, otro trabajo, otros conocimientos, otra profesión. 

Ninguna persona es igual a otra, ni siquiera a nivel físico, pues incluso los hermanos gemelos tienen rasgos muy parecidos pero no exactos. Y, por supuesto, a nivel energético aún nos diferenciamos más, puesto que nuestras vivencias, nuestro pasado y presente, todo lo que nos rodea hizo de cada uno, un ser único y especial. 

Es imposible estar de acuerdo con las 8000 millones de personas que habitan el planeta y tampoco estamos hechos para vivir junto a ellas. Si así ocurriera, eso significaría dejar parte de nuestra personalidad y “vivir” la vida que nos imponen los demás que, obviamente, tienen otros objetivos y otros sueños. 

No pudimos elegir nuestros padres y durante el primer cuarto de la vida nos impusieron hermanos, maestros, curas y jefes. Pero sí que podemos elegir una pareja "alma gemela" con la cual convivir y crecer hasta el final. Crecer es aprender de nuestras experiencias y desear más, experimentar más.

Cuando paras de crecer empiezas a morir. Quien no tiene objetivos es hombre muerto. Es casi 2020. ¿Cuáles son tus objetivos? Y no me digas "Ser Feliz", que es la respuesta de los vagos y pasivos. Ser feliz no es un objetivo. Ser feliz es el camino hacia el objetivo, lo que sientes cuando estás "concreta-mente" realizando algo.

Hay personas que están acostumbradas a dar consejos a todo el mundo. Está bien si tú se los pides, pero si no es así —a pesar de que sean bien intencionados—, están cargados de otras vibraciones, de la experiencia que esas personas han tenido, no de las tuyas.

No creo que tengamos que ser humildes y modestos, estos son sinónimos de víctimas y sumisos. Me dan la vibración de ser vagos. No tienen ni creatividad ni iniciativa. La humildad me vibra como mediocridad e incapacidad hasta hacerme pensar en cobardía.

Hay que aprender a IR A POR LO TUYO, con fuerza, con exigencia, casi con prepotencia y siempre con respeto por la opinión de los demás, sin someterte a ellos y sin causar daño a nadie.
Nadie vale más que tú. 


Tu tiempo es lo más importante, la calidad de tu vida. Cuando subes tu vibración (grado de felicidad) subes automáticamente la vibración de tu entorno, de los que viven contigo. Conviene a todos que estés bien. 

Sé responsable de tus actos, asume tus decisiones, razona por ti mismo y, lo más importante, conéctate con tu fuente de información, la Conexión y su creadora vibración. 

Cuando piensas “tendría que elegir ESTA opción”, aunque vayas a contracorriente de otras personas, déjate llevar por esa intuición. Serás tú quien lo decida y si fracasas la asumes tú, pero no vas a fracasar porque tu intención, siendo conectada, será una buena decisión inspirada por tu experiencia y tu intuición. Digo normalmente porque en tu subconsciente queda la educación que te han dado los demás. En algún momento has de decidir lo que harás, ya sea por un trabajo, una pareja, unos amigos, una profesión, va a funcionar y tomarás medidas para que así sea. No te precipites y no hagas las cosas sin reflexionar. 

Créate tu ESPACIO PERSONAL en el que puedas razonar, pensar sin que nadie te moleste. Y no digas inmediatamente todo lo que vas a hacer porque los demás crearán impedimentos.

La mayoría de nosotros deseamos el bien ajeno. Por lo menos yo pienso así y estoy seguro que tú también, pero no podemos dejarnos influenciar continuamente por los demás.

Cada uno debe tomar su propia decisión, sea la correcta o no.
Un ejemplo: tenemos ganas de hacer atletismo profesional pero nos damos cuenta de que no tenemos la velocidad de los otros corredores profesionales. Sin embargo, sabemos que si nos entrenamos y visualizamos la meta podemos conseguirla. Nos tenemos que fijar en “nuestro futuro puesto”, vernos encima del podio y no desear el puesto del otro, ya que eso significaría comparar nuestra valía con la suya. 


Es mejor decir: ¡Llegaré el primero! Lograré mi objetivo.
Sabes... Lo que te impide realizar tus sueños es el hecho que estás muy ocupado en realizar los sueños de los demás.
Felices Fiestas. ¡Mucho Amor!


Alessandro Di Masi

Comentarios

Entradas populares de este blog

CHICO XAVIER, EL HOMBRE QUE DESCRIBIÓ LA VIDA EN EL MUNDO ESPIRITUAL

LOS CUATRO NIVELES DE ATRACCIÓN

"La Sombra" como arquetipo en el cine y la literatura